17 julio 2013

Crónicas de Valsorth - Turno 39

TURNO 39 – Veintinueve de febrero del año 340, Eras-Har.
Tras recibir el encargo de descubrir que le ha sucedido al joven Eban, el grupo de aventureros y su compañero Dhao se infiltran al caer la noche en el barrio norte. Sin los uniformes de la guardia, tratan de pasar desapercibidos y buscan más información sobre el desaparecido y los encapuchados negros.
Por desgracia, cuando están preguntando por el Agujero de Ratas, un ratero reconoce a Fian como miembro de la milicia. Esto, junto a la violenta intervención de Olf, desencadena una pelea, en que los lugareños rodean a los dos soldados y a punto está de correr la sangre en la calle, y en la que Olf se lleva un navajazo en el costado. Evitando el enfrentamiento, el grupo se aleja de la plaza y recorre la zona de almacenes, que es donde las habladurías sitúan los raptos. Ya de noche, se reparten por el barrio en diferentes puntos, Mirul simulando ser una prostituta callejera, Fian un cliente que busca algo, Olf por otro lado, y Orun y Dhao como traficantes de poca monta. Pasa un tiempo sin ningún resultado, pero entonces Orun, que aprovecha su habilidad para el disfraz para pasar desapercibido, descubre a una figura que se mueve sigilosa sobre los tejados. Tras alertar a sus compañeros, sigue sin ser visto al encapuchado, que baja a la calle y sigue moviéndose entre las sombras. Por desgracia, el salvaje tropieza con los restos de una caja rota y el ruido alerta a su presa, que se  vuelve y saca una maza de sus ropajes para hacerle frente. Orun esquiva el ataque, y blande sus espadas para herir al encapuchado. Al llegar el resto de compañeros, el hombre se vuelve y trata de huir, pero es atrapado rápidamente.
Se trata de un hombre normal, pero vestido de negro y que lleva un colgar con el símbolo del triángulo invertido con una llama en su centro, el cual reconoce Fian como símbolo del Rey Dios.

El hombre admite que forma parte de un grupo de religiosos seguidores de la sombra, que tienen su base en una iglesia clandestina en un almacén abandonado.
Tras quitarle la toga negra, que se pone Orun sobre sus ropas, dejan atado al hombre en un portal y se dirigen al almacén. Se trata de un edificio de piedra en ruinas, con parte del techo en mal estado. El interior es un cúmulo de cascotes y cajas rotas, pero buscan alguna entrada al templo secreto, encontrando una trampilla que lleva a unas escaleras que descienden en la oscuridad.
Por desgracia, mientras buscan, Mirul no se percata de que entra en una zona inestable, y al mover una caja, una viga de madera le cae sobre la rodilla, lastimándole severamente.

En ese momento, el grupo duda qué hacer a continuación, si entrar a investigar la iglesia subterránea, o ir en busca del resto de patrullas y regresar con una fuerza mayor.

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