04 agosto 2012

Crónicas de Valsorth - Turno 13

TURNO 13 – Trece de enero del año 340, montañas Kehalas.


Por la noche, el grupo va a hablar con el líder bárbaro, que acepta convocar a los líderes de su pueblo para hablar sobre los recientes peligros que acechan al pueblo. Luego el grupo va a la posada, donde hablan con los lugareños y acaban volviendo a casa.

A primera hora de la mañana, el pueblo de Rocavalle amanece con los gritos que provenían del barrio bárbaro. El grupo de aventureros corre hacia allí y ven a una multitud que se ha congregado junto al río, mientras que dos soldados y el propio capitán Ulkir entran en las frías aguas y sacan un cuerpo. Se trata de Marsa, la prostituta bárbara, que ha aparecido muerta.
En aquellos momentos, se crea un gran revuelo, en que se cruzan informaciones contradictorias. El líder de los bárbaros, Olmak, mantiene que alguien ha ahogado a la chica. Por el contrario, Vuras, el posadero del Carnero del cielo, afirma que la chica iba ayer por la noche borracha y que probablemente se había caído al agua.
El cuerpo de Marsa es llevado a la iglesia, donde Ruala lo examina durante la mañana. La mujer comprueba que la mujer murió de un golpe en la cabeza. También descubre una serie de símbolos arañados en los brazos de la prostituta. Sin embargo, no saben qué significan. Mirul examina esas runas y las reconoce como símbolos de un ritual de magia negra, nigromancia. También comprueban que la chica estaba muerta cuando le hicieron esas marcas.

A pesar de las primeras sospechas, los aventureros hablan con Ulkir, que se encuentra muy afectado por a muerte de la chica. Decididos a descubrir qué se oculta tras la muerte de la chica, el grupo investiga en el pueblo.
Olf descubre en la orilla del río donde apareció el cadáver unas huellas recientes en el lado oriental, donde alguien arrastró un cuerpo hasta el agua. Al seguir las pisadas, les lleva hasta un camino, donde se paró un caballo, pero no consigue descubrir nada más.
Por su parte, Orun fuerza la cerradura de la casa de la prostituta, en cuyo interior encuentran pruebas de que a chica estuvo con alguien durante la noche. Unas marcas en la ventana permiten encontrar unas huellas, de botas de elfo.
Con este descubrimiento, el grupo va a hablar con Ruala, que les dice que el único elfo del pueblo el Elnar, el sabio local que les alquiló una casa. Con estas pistas, el grupo va a ver a Ulkir, y consiguen su ayuda para interrogar al elfo. Sin embargo, éste no está y ha salido a caballo del pueblo. Tras examinar la casa del elfo, encuentran una escritura con la compra de una cabaña de leñador en un bosque cercano. Ulkir, decidido a capturar al culpable, coge a dos soldados y acompaña a los PJs al bosque.

Al llegar a la cabaña, Elnar sale a recibirles, visiblemente nervioso. Cuando Orun le increpa sobre qué es lo que esconde, el elfo recita un conjuro y cinco cadáveres putrefactos se levantan de la nieve, lanzándose sobre los aventureros. A su vez, Enlar lanza un conjuro y una bola de fuego explota, matando a los dos soldados e hiriendo gravemente a Ulkir. Antes de que el nigromante pueda hacer otro conjuro, Mirul descarga un estallido sónico sobre él. Los oídos del elfo revientan por la explosión y el elfo cae moribundo al suelo, donde muere entre convulsiones.
A pesar de la muerte de su creador, los cadáveres siguen luchando. Tras un duro combate, el grupo logra eliminar al último horror y la nieve queda sembrada de cadáveres descuartizados.
Tras comprobar que la cabaña era el laboratorio del nigromante, los aventureros regresan cargando con los soldados caídos al pueblo, donde Ulkir explica lo sucedido.
A su vez, en la casa del elfo encuentra diferentes libros de gran valor, que Ruala les compra por 20 monedas. También hay tres pócimas (Don de lenguas, Trepar cual arácnico, Vestidura mágica +3). Con la llegada de la noche, el grupo se retira a su casa para descansar. Por su parte, la guardia se queda con la casa de Elnar, que pasa a ser del pueblo. Ulkir, antes de ir a la iglesia para que traten sus heridas, les agradece su ayuda y el haber hecho pagar al asesino de Marsa.





No hay comentarios: